En Paraguay, aquello de que los más capacitados o formados son los que
acceden a mejores trabajos es una ilusión. Así lo confirma un estudio
realizado por el Centro de Análisis y Difusión de la Economía Paraguaya (CADEP).
La población joven del Paraguay -de 15 a 24 años de edad- se mantiene
en alrededor del 20 por ciento de la población total desde 2002 hasta la
actualidad. Es decir, una de cada cinco personas tiene entre 15 y 24
años.Los resultados del estudio, que abarca un periodo del 2002 al 2012, se publican en el libro "Inserción de los Jóvenes en el Mercado del Trabajo”, que se presenta hoy, a las 19:00, en el Hotel del Paraguay (De las Residentas y Padre Pucheau).
Diana García, directora del Observatorio Nacional de
Juventud, es una de las autoras de esta investigación junto con Dionisio
Borda (Coordinador) y Cynthia González. García es socióloga,
investigadora y docente. Además, es ex viceministra de la juventud.
- ¿Qué es lo principal que podemos decir de la inserción de los jóvenes en el mercado del trabajo?
- La proporción de los jóvenes en la población en edad de trabajar se
ha reducido en los últimos años de 31% en 2002 a 29% en 2012. La
cantidad de jóvenes urbanos aumentó de 60% en 2002 a 63% en 2012,
haciendo el número de jóvenes rurales disminuya de 40% a 37%.
Aumentaron su capital educativo, principalmente aquellos con educación
secundaria, cuya participación aumentó de 52,3% en 2002 a 70% el 2012.
La inserción laboral de los jóvenes en los últimos diez años se vincula
con un problema de acceso al trabajo y de calidad del empleo. Si bien
se ha reducido de 18% en 2002 a 11,2% en 2012, el desempleo juvenil es
un fenómeno que afecta principalmente a las mujeres urbanas y rurales y a
los hombres urbanos.
Persiste el incremento de la brecha de desempleo entre jóvenes y
adultos, tanto en áreas urbanas como rurales, evidenciando con ello que
los jóvenes siguen siendo el factor de ajuste en la economía. En el
Paraguay, el promedio de la tasa de desempleo de los jóvenes (hombres y
mujeres) en el periodo 2002 - 2012 fue tres veces superior a la de los
adultos en áreas urbanas y rurales.
El subempleo, que se toma como indicador de baja calidad del trabajo,
afecta más a los jóvenes que a los adultos y tuvo una trayectoria
diferente en las áreas urbana y rural. El subempleo juvenil se redujo de
casi 40% en 2002 a 32,6% en 2012 en el área urbana, pero aumentó de 24%
a 30% en el área rural, afectando principalmente a las mujeres.
- ¿Cuáles son los principales problemas a los que los jóvenes paraguayos enfrentan a la hora de ingresar al mundo del trabajo?
- Los principales problemas del mercado del trabajo para los y las
jóvenes en el Paraguay son la inserción laboral precaria, la
descoordinación entre la oferta y demanda, la baja productividad, los
bajos ingresos, la alta informalidad causada por el incumplimiento de
las normas que protegen los derechos laborales, la ausencia de una
política de seguridad social y la debilidad institucional del empleo. En
pocas palabras, alta informalidad, baja productividad y debilidad
institucional.
La caracterización realizada en el libro por la economista Cynthia
González a partir de un análisis estadístico detallada y explica dicha
situación pero podemos decir que:
- El empleo informal es recurrente en todos los sectores y empresas de cualquier tamaño, la informalidad laboral afecta principalmente a los jóvenes, a pesar de que se haya reducido levemente de 86% en 2002 a 77% en 2012.
- A la alta informalidad se suman los bajos niveles de ingresos, principalmente de las mujeres jóvenes frente a los hombres jóvenes. En el área urbana las mujeres jóvenes reciben el 84% de los ingresos de los hombres jóvenes, mientras que en el área rural esta cifra cae a solo 56%. Los niveles de desempleo, subempleo e informalidad de los jóvenes sugieren claramente los desafíos de las políticas públicas para garantizar el acceso al trabajo y la calidad del empleo.
- El hallazgo sorprendente e inesperado de esta investigación es que los jóvenes con mayores niveles de educación tienen, también, las mayores tasas de desempleo.
- ¿Por qué se da esto?
- Porque no existe una correspondencia entre los jóvenes que formamos y
la oferta de empleo. Probablemente, tendremos jóvenes universitarios
trabajando en maquilas o empleos temporales. Responde al modelo de
desarrollo país.
- En cuánto a protección de los derechos laborales: ¿Qué garantías existen para los jóvenes?
- Del estudio cualitativo, se observa cierta “normalización” de la
informalidad y de la vulneración de derechos, ya que muchos jóvenes
consideran que su actual empleo es “transitorio”, en la temporalidad del
“mientras tanto”, según lo señalado es lo que permite “alcanzar una profesión” y constituye la meta de corto y mediano plazo de los tanto de jóvenes rurales y urbanos, pues ella le garantizaría un trabajo estable. Se observa una alta valoración a la culminación de los estudios universitarios.
Llamativamente en las entrevistas los y las jóvenes consideran que el
“derecho a piso” relacionado con la vulneración de derechos laborales
durante primer empleo, es “algo inexorable”.
- ¿Existe una forma de saber a qué año aproximadamente los jóvenes empiezan a trabajar?
- El ingreso es aproximadamente entre los 14 y 15 años, ya habíamos
captado esto en la Encuesta Nacional de Juventud (ENJ) del 2010 y en el
informe cualitativo lo ilustra que el primer trabajo remunerado en
condiciones de informalidad se da esa edad.
- ¿Cuáles son los rubros del mundo del trabajo que tienen más jóvenes?
- El sector comercio, restaurantes y hoteles fue el más activo en la
absorción de los jóvenes en las nuevas contrataciones laborales (54%).
El sector destructivo de empleo juvenil ha sido el agropecuario, con una
reducción de -10,6% de la cantidad de jóvenes ocupados en el mismo.
- Estudiar o trabajar: ¿Qué rol juega la capacitación para acceder a
un trabajo de mejor paga en un país en dónde el padrinazgo es un
componente importante de la cultura?
- La percepción general de que la forma más eficaz de conseguir un
empleo privado o publico es a través de un “amigo, familiar o padrino”
evidencia que ni los mecanismos propios del mercado ni los esfuerzos
institucionales del Estado son eficientes para facilitar la inserción de
los jóvenes en el mundo del trabajo.
Las políticas públicas de inserción laboral de los jóvenes requieren un
mejor diseño de la intermediación laboral pública y su implementación
más ágil para favorecer el acceso a un empleo decente y el mejoramiento
de la calidad de los puestos de trabajo.Fuente: Paraguay.com